La elección entre un fondo de gestión activa y gestión pasiva estará determinada por tu perfil de inversión. Aquí te explicamos con detalle las características de cada opción y cuál te puede interesar.

Las diferencias entre fondos de gestión activa y gestión pasiva

Un fondo de gestión puede tener distintas estrategias dependiendo de cómo quieras invertir y de tus expectativas de ganancia. La realidad es que, en los últimos años, han aparecido distintas opciones que hay que saber elegir en función de lo que quieras arriesgar y de la reputación del gestor del fondo.

Eso sí, hay un punto fundamental: quién gestiona el fondo es relevante, tanto para bien como para mal. Existen numerosas opciones de gestión, estilos más o menos agresivos y, por este motivo, tener información acerca de los distintos fondos que hay en el mercado es relevante. No se trata solo de ver si un fondo es de renta fija, renta variable o mixto; también de a dónde se quiere llegar.

La profesionalización de la inversión no es solo patrimonio de un gran inversor, contra lo que se tiende a pensar. Los modelos proactivos de gestión llegan, también, a pequeños patrimonios, siempre que se tengan unos conocimientos financieros previos. 

Las característicasdiferencias entre un fondo de gestión activa y gestión pasiva son las siguientes:

Fondo de gestión activa

Los fondos de gestión activa toman como referencia un índice, generalmente bursátil (IBEX 35, Dow Jones, Nasdaq, Nikkei) y se establece una estrategia de inversión de activos cambiante según la coyuntura y lo que se considere oportuno.

En este modelo de inversión, el protagonismo de los gestores del fondo es esencial. Ellos serán quienes decidan dónde y cuándo invertir, y en la proporción que consideren oportuna. Esto te obliga a confiar en la pericia de los gestores que, a fin de cuentas, serán los que velen por el valor del fondo. El objetivo, en última instancia, es ir un paso más allá de la rentabilidad media que pueda facilitar un índice de referencia.

Lo cierto es que, en un contexto de incertidumbre o de poca ganancia general, una gestión activa puede aportar un diferencial. Para esto, lo habitual es que se forjen alianzas entre distintos partners con experiencia en el mercado de las inversiones. Y lo común, en el caso de patrimonios de un cierto volumen o sociedades mercantiles, es que se opte por esta fórmula de gestión. Además, es imprescindible que el inversor tenga unos conocimientos financieros previos

La realidad es que los márgenes de ganancia, con esta filosofía de gestión, pueden variar mucho. En consecuencia, es una opción para quien esté dispuesto a asumir un cierto riesgo. 

Fondo de gestión pasiva

Un fondo de gestión pasiva es, por definición, una opción más fácil de seguir por parte del inversor. La base es, igualmente, un índice de referencia que se sigue.

¿Cuál es la diferencia con respecto a un fondo de gestión activa? Pues que, en este caso, lo que hará el fondo será limitarse a reproducir la rentabilidad del índice de referencia. No hay una gestión proactiva ni una estrategia propia, más allá que reproducir el índice. Esto hace más fácil el seguimiento del valor de los activos, aunque también quita capacidad de maniobra ante coyunturas desfavorables.

El modelo de gestión pasiva suele utilizarse cuando el inversor tiene un pequeño capital y pocos conocimientos del mercado. De lo que se trata, aquí, es de trabajar con un determinado índice e indexarlo. Si va bien, el fondo irá bien y, si va mal, irá mal. Este es el modelo clásico de cartilla que se implementó en los años 1990 para pequeños inversores, generalmente particulares.

¿El gestor hará algún cambio? Únicamente en el caso de que un valor deje el índice y pase a ser sustituido. Esto, en el caso del IBEX 35, puede suceder cada 6 meses, aproximadamente. 

¿Qué tipo de fondos son mejores para ti?

A la hora de distinguir entre gestión activa y gestión pasiva, es común que el inversor pregunte cuál es la opción más interesante. En este caso, podemos hacer una distinción en función de cada caso para ver cuál es la modalidad que más te interesa:

  • El coste de un fondo de gestión activa suele ser mayor para el inversor. ¿El motivo? Que hay que pagar una comisión a los gestores para que hagan los cambios en el día a día. Evidentemente, esto implica un esfuerzo mayor que en otros casos. También es cierto que la inversión en un fondo de estas características suele ser alta.
  • Los fondos de gestión pasiva, en un contexto de bonanza económica, suelen ofrecer estabilidad. Si una persona no quiere complicarse demasiado con la consulta de los índices, puede ser una opción aceptable. Ahora bien, cuando hay una época de inestabilidad, habrá problemas de rentabilidad. Y hay que decir que, en este caso, no existirán alternativas.
  • Un fondo de gestión activa puede proporcionar mayor rendimiento, más allá de los ciclos económicos. Y, en algunos casos, es recomendable contar con un asesoramiento para evitar problemas derivados de las incertidumbres. Sí, es posible tener una rentabilidad alta o aceptable cuando el mercado tiene turbulencias.
  • Los fondos de gestión activa requieren, por lo general, de un cierto periodo de tiempo para que den rentabilidad. Esto te obligará a tener paciencia y a confiar en el gestor para que, a largo plazo, se generen las ganancias. Por esa razón, es bueno tener en cuenta este aspecto. 

¿Cuál es la clave para decidirte por un tipo de gestión? En esencia, que si quieres mejorar los beneficios medios del mercado, a la larga te interesarán los fondos de gestión activa. Y, lo que es más, el dinero que puedas pagar de comisión te acabará compensando. Esto se nota con claridad cuando se trata de un gasto de una cierta entidad. 

Conclusión

Conocer qué son los fondos de gestión activa y gestión pasiva es importante, para elegir conscientemente. Si buscas un gestor de fondos de gestión activa responsable y que pueda generar valor, en Strike Four AM te podemos ayudar. Contamos con un equipo de profesionales y partners altamente cualificado y con amplia experiencia. ¡Contáctanos para pedir más información!